Tocar: los billetes reales están hechos con fibra pura de algodón, que resulta consistente y algo áspera al tacto. En primer lugar debemos poner a prueba la calidad de impresión. Los billetes originales cuentan con zonas donde la tinta es más abundante o densa, y esto puede ser fácilmente reconocible al tacto. Además, los billete de 500 y 200 cuentan con una serie de bandas en la parte inferior para facilitar su identificación por personas ciegas.
Mirar: a contraluz, debemos comprobar la marca de agua. Esta debe estar bien definida y tener contraste respecto a las zonas claras. Además, por el control del billete encontramos una delgada línea en la que puede leerse la palabra EURO.
Girar: al invertir los billetes de 5, 10 o 20 euros, la imagen de la banda holográfica plateada debe cambiar.
Además, los billetes superiores a 50 euros cuentan con un parche que varía al ser visto por la otra cara, y con el número de billete de varios colores conforme le de la luz solar.
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